Antonio Machado, El Cantar de Mio Cid, Gustavo Adolfo Bécquer, Gerardo Diego, Avelino Hernández, Mercedes Álvarez ...

jueves, 7 de junio de 2012

El color de una rosa acabada de cortar


Impaciente, emprendí junto a mis compañeros , el viaje hacia Soria. Después de seis largas horas, durmiendo, haciendo bromas, escuchando música, tocando  la guitarra y sobre todo disfrutando de ese paisaje que poco a poco iba transformándose,  llegamos a Medinaceli, un  pueblo extraordinario, donde abundan las casas medievales. Hacía mucho viento y eso nos llevó a cobijarnos en un pequeño bar, donde nos contaron muchas curiosidades y algún pequeño secreto del pueblo.
Por la tarde, en Soria, fuimos al  Casino de la Amistad. Al entrar en aquella sala, supe que lo que íbamos a vivir allí sería uno de los instantes más mágicos del  viaje. Aquella sala era  del color de una rosa acabada de cortar, y unos hermosos vestidos y el latido de un reloj de pared,  daban vida a aquel lugar. Todo empezó con una magnifica tertulia literaria sobre la novela Mientras cenan con nosotros los amigos  de Avelino Hernández,  seguida de  un breve recital de poemas de Machado,  pero  lo mejor no había llegado todavía. 
Casino de la Amistad
El primer momento maravilloso  irrumpió cuando  Martí Roig, Martí Parellada,  Oriol Celis  y Albert Millàn, cantaron, acompañados de la melodía de una guitarra,  dos poemas de Antonio Machado, “Retrato” y “Cantares”. Cuando Martí Parellada hizo un solo con la voz desnuda, nos quedamos todos  mudos de emoción,  lo único que se escuchaba era su voz, la guitarra y el corazón del reloj.   Cuando pienso en ese momento y  recuerdo  las sonrisas  en el rostro de mis cuatro amigos,  todavía se me pone la piel de gallina. Después disfrutamos  de la danza de tres compañeras,  acompañada por las delicadas sinfonías  que brotaban de aquel maravilloso y gran piano que tocaba Gemma.

Después fuimos hacia el albergue, donde nos esperaba la cena y esas camas en las que ya deseaba tumbarme. Estaba agotado y mañana nos  esperaba un día larguísimo lleno de actividades y de muchas cosas que aprender.
Bernat Almirall

1 comentario:

  1. Què maco!!


    Tejidos sois de primavera, amantes,
    de tierra y agua y viento y sol tejidos.
    La sierra en vuestros pechos jadeantes,
    en los ojos los campos florecidos,

    pasead vuestra mutua primavera,
    y aun bebed sin temor la dulce leche
    que os brinda hoy la lúbrica pantera,
    antes que, torva, en el camino aceche.

    Caminad, cuando el eje del planeta
    se vence hacia el solsticio del verano,
    verde el almendro y mustia la violeta,

    cerca la sed y el hontanar cercano,
    hacia la tarde del amor, completa,
    con la rosa de fuego en vuestra mano.

    Antonio Machado: Rosa de Fuego.

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