Antonio Machado, El Cantar de Mio Cid, Gustavo Adolfo Bécquer, Gerardo Diego, Avelino Hernández, Mercedes Álvarez ...

viernes, 27 de abril de 2012

Viaje por los campos de Castilla



Esta semana la he pasado de viaje a Soria con todos mis compañeros del instituto.
El primer día fue bastante duro ya que estuve seis horas en el autobús, nerviosa y pensando en cómo sería el primer viaje que hacían con los nuevos compañeros de este instituto, pero a pesar de los nervios y el frío, que era mucho, todo salió bien y este ha sido un viaje magnífico.



Durante las horas y horas del autobús, pude observar los cambios de paisaje, descubriendo el paisaje de los campos de Castilla: unos campos mayoritariamente planos y de colores rojos y ocres, muy distintos a los campos de nuestra tierra, mucho más llenos de montañas.



Este viaje, en algunos momentos, me ha permitido además  volver al pasado: hemos podido conocer muchos pueblos pequeños, muy alejados de nuestra civilización: pueblos en medio de las montañas, con todas las casas de piedra y con muy poca población, como Valdegeña, en que tan solo tenía siete habitantes.



Otra de las cosas que me han sorprendido de este viaje es la clase de Machado, una clase muy sencilla y  pequeña y sencilla, con espacio para muy pocos alumnos. Sobre todo me impresionó la forma de enseñar y educar que tenía Machado, que nos contó el director del Instituto en su espléndida conferencia.



Si tuviera que elegir un solo lugar de este viaje me inclinaría por el Cañón del río Lobos, para mi ha sido un paraje estupendo, lleno de agua y de vegetación y con una gran variedad animales, un lugar lleno de vida natural.



Pero también me gustaría hablar del día que más nos sorprendió a todos: el día de la nieve en la Laguna negra. A pesar del intenso frío,  mereció la pena recorrer 1km y medio de camino nevado y subir la montaña con todos nuestros esfuerzos, sobre todo por las divertidas batallas de nieve y por el sobrecogedor paisaje de la Laguna negra que nos estaba esperando allí arriba.



Ha sido un viaje que me ha permitido, además, reforzar la amistad con algunos de mis compañeros de clase y hablar y conocer a otra gente del instituto con quien no había tenido ningún tipo de relación hasta entonces.



Al llegar el último día de este sorprendente viaje, me embargaba una mezcla de cansancio, sueño y melancolía: por una parte tenía ganas de volver y  descansar tranquilamente en casa, pero  por otra,  sentía mucha pena de tener que abandonar esos paisajes sorianos, que seguramente no volveré a ver en mucho tiempo.



Nuestro recorrido soriano ha sido  muy gratificante y enriquecedor. Me había hecho la idea de que sería distinto y, sobre todo, me ha sorprendido.



BERNADETTE RICART

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