Antonio Machado, El Cantar de Mio Cid, Gustavo Adolfo Bécquer, Gerardo Diego, Avelino Hernández, Mercedes Álvarez ...

viernes, 4 de mayo de 2012

Mi diario de Soria: Una persona, una conversación, un paisaje y un momento


Cada uno de los días del viaje a Soria ha tenido una persona, una conversación, una imagen o un momento especial. Así que no me limitare a explicar tan solo un día, sino que escogeré lo que para mí ha sido más impactante de esta nueva experiencia.

Empezaré por la persona que más me ha agradado escuchar: la viuda del escritor  Avelino Hernández , Teresa Ordinas. El lunes 16 de abril en el casino Círculo de la amistad, me sorprendió como Teresa, sin venirse abajo, fue capaz de contarnos tantas cosas de  Avelino,  de su forma de ver la vida y de enfrentar a la muerte. Teresa me pareció una persona tierna y serena, que nos dio una lección de amor verdadero, ya que  fue capaz de estar al lado de Avelino en todas las circunstancias, y creo que ahora, luchando porque su obra se siga leyendo, lo  sigue estando.

La conversación más interesante tuvo lugar el jueves 19 de abril, cuando visitamos Valdegeña, con el hermano de Avelino, Ricardo. Nos  enseño la pared donde, debajo de la inscripción  “Valdegeña también es mi pueblo”, se encontraban las teselas con los nombres de  las personas que habían pasado por allí y se habían sentido como en  casa.  Nos llevó también a la iglesia de San Lorenzo, al camposanto y a la casa familiar. En cada uno de estos lugares, Ricardo, nos contó algún hecho o  anécdota del lugar  y,  a mi parecer,  asomaba a su voz un hilo de nostalgia. A pesar de que el creía no explicarse bien, me interesó mucho lo que contaba. Ricardo me pareció un hombre humilde y muy amable.

La imagen más hermosa, más sorprendente y que creo que no olvidaré nunca, pertenece al viernes 20, cuando llegamos a laguna negra. Después de andar, cansados y sorprendidos, porque no esperamos ver nieve en abril, casi 2 empinados kilómetros,  pudimos disfrutar de un paraje simplemente mágico,  no encuentro otros adjetivos para definirlo.

Por último, contaré el momento más especial del viaje. Tuvo lugar el segundo día de nuestra estancia en Soria, el martes 17 de abril, en el instituto Antonio Machado, donde cada uno de nosotros recitó un “Proverbio” de Antonio Machado. A pesar de los nervios y de la vergüenza de ser grabados, nos esforzamos mucho y fue magnífico estar sentados allí,  en aquellos pupitres en que hace 100 años se sentaron los alumnos a los que Antonio Machado enseñaba francés.

AIDA PADRÓ MAYANS

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