Antonio Machado, El Cantar de Mio Cid, Gustavo Adolfo Bécquer, Gerardo Diego, Avelino Hernández, Mercedes Álvarez ...

viernes, 26 de abril de 2013

De regreso a casa. Actividades de filosofía


  

Me trasladé a Baeza, donde hoy resido. Mis aficiones son pasear y leer.

ANTONIO MACHADO   (Baeza, 1917)




           POEMA DE UN DÍA (MEDITACIONES RURALES)
 


El poema es una radiografía de angustia, monotonía, aburrimiento y, sobre todo, de hastío por esa España atrasada que bosteza. Pero tal vez lo más importante sea esa sinergia tiempo meteorológico/tiempo cronológico capaz de marcar el destino del hombre.
En Baeza da la sensación de que a Machado se le ha hundido el mundo: añora a su mujer a quien tanto amaba, no se siente a gusto, se ve impotente ante una España que no se despierta, le angustia la inclemencia del tiempo. Vemos a un Machado melancólico, perdido. Y qué mejor que expresar esa melancolía a través de la lluvia que llora en las maltratadas tierras manchegas y andaluzas. ¿De qué vivirán los pobres campesinos si no fuese por esa lluvia bendita? Porque, como bien dice el poeta, los campesinos tienen toda su moneda en la rueda, traidora rueda del año.

Machado hace un juego entre lo interno y lo externo; se establece un paralelismo entre su estado de ánimo y esa luz tenue que se difumina por todos esos papelotes desordenados que, a la vez, son un espejo que reflejan el momento confuso que vive el poeta. También juega con su “adentro” íntimo, mudo, resignado y ensimismado. Del mismo modo, se combina un diálogo interno (principio del poema) y un diálogo entre terceros (final del poema).
El texto va al compás del tic-tic frenético de ese reloj monótono e inmutable que tanto molesta a Machado; su espíritu se eleva al final, mostrándose impaciente y rebelde en su deseo de inmortalidad.
Pero ese tic-tic ininterrumpido, aparte de recordarnos que el tiempo vuela y que la vida pasa, también vaticina la temida y amarga Muerte, que le ha robado a Leonor
Parece que el poeta no se siente a gusto con su vida ni tampoco con el curso que ésta sigue hasta llegar al final (la mar).
A veces resulta complicado saber si Machado es un poeta que escribe filosofía o un filósofo que escribe poesía...
                                                                                    Ouissam Agharbi
 
Antonio Machado pensaba que la poesía es un arte temporal. El autor cita a tres filósofos (Unamuno, Bergson y Kant).
¿Qué piensan estos autores sobre el tiempo?


Unamuno pensaba mucho en la inmortalidad. Decía que la vida y el tiempo no se podían acabar con la muerte, ya que todo el tiempo que has ido viviendo, no habría servido para nada si la vida no tuviera continuidad después.

Bergson decía que el tiempo no se basa solo en lo que dicen los relojes, ni en los instantes en que está dividido, sino en la duración que nosotros percibimos. A veces una hora nos puede parecer muy larga y otras mucho más corta. El tiempo depende de la duración que tenga para nosotros y el autor defiende el concepto de Durée.
Kant hablaba del tiempo refiriéndose a la sensibilidad interna que permite ordenar las cosas que pasan, vemos o sentimos, las cuales situamos directamente en el tiempo. Decía que cuando nosotros percibimos algo, ya lo ponemos en el tiempo y así hablamos de pasado, presente o futuro.

¿Qué vinculación tuvo  el poeta con cada uno de ellos?

Unamuno y Machado eran amigos íntimos y tenían una relación estrecha. Se sabe de esta amistad gracias a las cartas privadas que Machado le enviaba. Además su filosofía era muy parecida, era como si Unamuno planteara los problemas y Machado les buscara su propia solución.

Machado también recibe influencia de Kant (s. XVIII) y  alude a él en algunos de sus versos.

El poeta asistió al Collège de France de París 1910, al curso de Henri Bergson, por lo que también recibió su influencia  directa.
                                                                                         Carles Gómez
La inclinación de Antonio Machado por la filosofía se remonta seguramente a sus años de juventud. Formado en la Institución Libre de Enseñanza, donde se intentaban vincular a los jóvenes a valores como el respeto, el sentido del diálogo y la búsqueda de la verdad, sus estudios le llevaron a una licenciatura en esta disciplina.

¿Qué fue la Institución Libre de Enseñanza? ¿Qué es el krausismo?

La Institución Libre de Enseñanza, fue creada al 1876 por un grupo de catedráticos separados de la Universidad Central de Madrid por defender la libertad de cátedra y negarse a ajustar sus enseñanzas a cualquier dogma oficial en materia política, religiosa o moral. Se inspiraban en el krausismo.

El krausismo es una corriente de pensamiento vinculado a la filosofía de Karl Christian Friedrich Krause (1781-1832), que se desarrolló en el siglo XIX y representó un intento de renovación intelectual que tuvo su máximo esplendor con la fundación de la Institución Libre de Enseñanza. Defiende la libertad de cátedra. La metodología consistía en situar al alumno en contacto directo con la naturaleza o con cualquier objeto de conocimiento científico, ello comportó que hiciesen  excursiones y clases experimentales. 
                                                                                      Omayma El Aakel

                                                                                                                          
Compara la vida rural de hace un siglo, descrita por A machado en el poema, con las impresiones que te causó la visita a Valdegeña.

Al visitar Valdegeña, mi primera impresión fue de soledad. La verdad es que recorriendo sus calles, junto al resto de mis compañeros, pudimos ver un pueblo que, aparentemente, vivía en el pasado y al que el paso de los años no le había afectado en absoluto. Un pueblo con calles sin asfaltar, alejado de la gran ciudad, medio escondido, y aunque parece solitario, ya que no se ve a penas gente por sus calles, tiene un encanto especial. 
 
 
Visita a la fragua de Valdegeña (20/03/13)
 


 
Podría relacionarse el poema de un día con Valdegeña.“Fantástico labrador, pienso en los campos. Señor qué bien haces!”. Con estos versos mi mente se transporta a aquella tarde, a ese pueblo lleno de campos y huertos, de casas grandes y pequeñas y de jardines.
El poema también habla del tiempo, de cómo va pasando ante nuestros ojos “monótono y aburrido, siempre igual”. Machado afirma que en estos pueblos no se siente el paso del tiempo. Como dicen los filósofos, el tiempo no es algo objetivo. Hay momentos en los que parece que esté parado, que por mucho que miremos las agujas del reloj moviéndose todo está quieto. Y parece mentira cómo, a veces, los días pasan como caen las hojas secas en una tarde de otoño...
A Valdegeña el paso de los años le ha afectado mucho, ya que la población ha ido envejeciendo y los jóvenes se han ido a las grandes ciudades. Actualmente viven unos cuarenta habitantes.
Podemos percibir la preocupación de sus gentes en que no desaparezca. Al hablar con el alcalde, nos dimos cuenta de lo mucho que ama a su pueblo y de su lucha por hacer de él un centro de interés turístico. Desea perdurarlo a través de actos literarios, del museo, de la casa rural, de las visitas guiadas, etc.
La sensación que viví al oír todo lo que esa gente hacía por su pueblo fue conmovedora. Sus esfuerzos para que no sea borrado del mapa o un pueblo abandonado son admirables.
Otro aspecto que me impactó fue la manera de ser de la gente. En general, creo que son mucho más abiertos que nosotros. Me sorprendió ver lo confiados que eran con los visitantes, contándonos experiencias personales, ofreciéndonos comida... La verdad es que ver un pueblo tan unido y acogedor me conmovió.
                                                                               Eric Lloret y Júlia Oliver
 


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