Podría empezar diciendo que ha sido un
viaje espectacular con momentos cumbres, pero la verdad es que es difícil describir la
intensa experiencia que hemos vivido.
Dejando atrás el magnífico rato que
pasamos con César, el paseo por
Medinaceli y alguna que otra anécdota, Valdegeña (que “también es mi pueblo”)
y el entusiasmo de Ricardo, que nos
ayudó a conocer mejor a Avelino
Hernández, mi momento favorito del viaje fue el último día: la Laguna Negra, un paisaje espectacular, del que puedes
esperar cualquier cosa.
Soñaba con ese lugar desde que, antes
del viaje, vi dos fotografías . Llegó el día y la laguna se hacía de rogar,
exigió un de un paseo por la niebla, un paseo un tanto pesado pero a la vez
mágico. Mientras caminaba, a mi mente
venía una y otra vez, una frase del discurso de Machado en San Saturio
que yo había interpretado el miércoles: “Soria es una tierra admirable de
humanismo, democracia y dignidad”. Sí,
así es Soria. También me acordé de una de las muchas reflexiones de
César: los matices de significado entre lo humanista y lo humano.

Ha sido un viaje lleno de emociones y
de nuevos conocimientos, tanto personales como culturales. Aprender a ser “en
el buen sentido de la palabra bueno”.
Elena Perea
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