Redactora: Laura Salat
El jueves día 21 de marzo era la
jornada del regreso. Al levantarnos, hicimos las maletas con una mezcla de ilusión y nostalgia; en pocos minutos estábamos todos desayunando (no las dejamos bien hechas) Sentados en los autobuses, antes de
marchar hacia casa, pensábamos que lo mejor del viaje ya había quedado atrás. Pero no era así porque el último día fuimos de excursión a Laguna Negra, donde Machado ubicó el cuento-leyenda de “La
tierra de Alvargonzález". Estaba cubierta de nieve y muchos disfrutamos en el camino
de ida ya que volaban bolas de nieve que se estrellaban en nuestras cabezas. Fue algo muy divertido. Todo el mundo reía y muchos, sin querer, se mojaron el trasero al
caer.
Camino a la Laguna Negra (Soria) |
Después de la excursión fuimos a comer a Vinuesa
y luego tomamos la carretera que nos llevaría a casa. Éramos
conscientes de que nos quedaban poco tiempo de estar juntos, por lo que aprovechamos
hasta el último segundo (“carpe diem”). Cuando el autobús se paró en Vilafranca un sentimiento de nostalgia nos recorrió todo el cuerpo.
Pero aunque la aventura había
llegado a su fin, sabíamos que todas las experiencias y recuerdos no nos los quitaría nadie, y que los días mágicos en "Tieras de Soria” los guardaremos en nuestra memoria porque, como acordamos al salir: "lo que
pasa en Soria, se queda en Soria".
Jugando en la nieve |
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