Primera mañana que despertamos en Castilla: ya estamos en el
albergue de Abejar, donde nos alojaremos hasta nuestro regreso. Han sido muy
emocionantes las primeras experiencias
en Soria. Convivir con nuestros compañeros de habitación y aprender a organizarnos
ha provocado las primeras "discusiones", pero el ambiente era tan hogareño y cálido que
enseguida las hemos solucionado con unas risas.
Aunque no hayamos podido gozar mucho de un sueño reparador
nos hemos levantado a las 8 enérgicos y preparados para la primera jornada
cultural soriana. En el comedor común del albergue hemos desayunados
opíparamente: un reconfortante café caliente con leche y para los de gustos más
suaves un colacao. Y tostadas con mantequilla yo mermelada, magdalenas,
galletas, queso, jamón, longaniza...
En el autobús, Olga, nuestra profesora nos recuerda la biografía de Machado, para
ponernos en situación y que podamos
entender en profundidad sus versos.
A las 11h, en Los
Cuatro Vientos, junto a la Ermita del Mirón, comprendemos rápidamente la
insistencia de los profesores de que
lleváramos abrigo. En los preciosos
valles que rodean el hotel Leonor, nuestros compañeros empiezan a recitar
los primeros poemas del día, que hablan justamente de los campos de Castilla.
Se hace muy emotivo dejarte estremecer por la belleza que tenemos delante, la
misma que inspiró a Machado.
Estamos junto a la Ermita del Mirón.
En el claustro de San Juan del Duero admiramos las bellas
columnas góticas, románicas y mozárabes. Bajo un extraño capitel en el que se
distinguía con una quimera, Edurne recita "Señor, ya me arrancaste lo yo
más quería", un breve y desgarrador poema que habla de la muerte de
Leonor.
Machado, al finalizar sus clases del instituto, recorría cada tarde sin falta el paseo, entre
las ermitas de San Polo y San Saturio. También nosotros caminamos por ese paseo
que bordea el Duero, apreciando la
belleza del paisaje que nos rodea: un frondoso bosque a nuestra izquierda, y
los altiplanos y montañas a nuestra derecha. Es extraño pensar que recorremos
esa ruta en la que Machado dejó sus huellas y que a tantos lectores atrae cada
año; la misma que inspiró los poemas que hemos recitado:" He vuelto a ver
los álamos dorados", por ejemplo que recita Yousra. Machado menciona las cifras que son fechas y las
iniciales que son nombres de enamorados, aunque esta tradición se ha
transformado y adaptado a una más actual: los candados en la baranda del puente
Después de comer nos
reencontramos todos en el cementerio de El Espino, en el cuál se encuentra
Leonor, la amada del poeta, donde está "su tierra"...
Ahí leímos dos hermosos
poemas "A José María Palacio" y " A un olmo
seco". Esa tarde nos acompañó del
fotógrafo César Sanz. Un dato curioso es
que César Sanz fue estudiante del instituto Antonio Machado, que visitamos
después. Junto a la silla de Machado,
César nos habló de sus inicios como fotógrafo, de Soria y de los
escritores de la ciudad. Después 28
alumnos leyeron los "Proverbios y
Cantares, los poemas del Machado más filósofo. Y Sira,una gran voz de nuestro
curso, cantó la versión del poema "Al olmo seco" del cantautor
catalán Joan Manuel Serrat.
Martina Massad, Lorena Montenegro y Aritz Jiménez
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